martes, 9 de mayo de 2017

El mérito es únicamente de Jesucristo

Texto: Hebreos 10: 16-18 “Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
Oración de contacto: revisemos la siguiente historia
Historia secular: un joven por estar jugando con una pelota de beisbol arrojo sin querer la misma hacia la calle en donde había un auto estacionado y le quebró el vidrio frontal, este joven en medio del nerviosismo lo único que hizo fue correr pensando en poder ocultar su falta, sin embargo un policía que rondaba el área lo vio y lo siguió hasta su casa a lo cual llamó a la puerta y la madre de aquel joven salió a lo que el policía le contó todo lo que su hijo había hecho y que era necesario que ella y el joven le acompañaran a la estación de policía para levantar un acta de lo acontecido e indicar cómo se harían responsables. La madre se molestó con el joven por lo acontecido pero no tenía otra opción que acompañar al policía fue e hizo como el policía le había dicho pero para su sorpresa al llegar el dueño del vehículo ya había levantado una denuncia por lo que le había pasado por lo que de inmediato el joven fue visto como el culpable y ya se iniciaba un proceso en su contra. El joven estaba muy asustado y la madre estaba muy preocupada pues no tenía muchos recursos como para pagar aquel vidrio. Para sorpresa de ellos una persona que estaba en aquella estación al escuchar todo y que debían pagar el vidrio vio la preocupación en la señora y el preguntó que cuanto era el precio de aquel vidrio a lo que el dueño del vehículo ya había pasado por un sitio a cotizarlo y llevaba en su mano dicha cotización la cual rondaba los B/.100; para sorpresa de todos los presentes aquel hombre sacó su billetera y le entregó en su mano el dinero al dueño del vehículo y le preguntó que se le debía a lo que el dueño del vehiculo muy confundido dijo que nada. Aun los policías estaban sorprendidos y en medio de su confusión no pudieron hacer más nada que cerrar el caso y colocar todo como saldado.
El problema: al ser humano le cuesta entender que otro pague el precio
Necesidad sentida: es necesario que comprendamos que ya no hay precio que pagar, pues ya Cristo lo pagó
Introducción al contexto bíblico: revisemos el contexto de esta carta
Contexto bíblico: hebreos es escrito a los judíos convertidos al cristianismo, quienes en medio de su fe confrontaban los problemas de dudas respecto al cumplimiento de la Ley de Moisés así como de sus tradiciones. La carta a los hebreos es un tratado para aclararle a estos el camino, mostrarles que el cristianismo no se trata de una continuación al judaísmo, sino de un nuevo pacto, un pacto hecho por el propio Dios hecho hombre. Por lo que nosotros los gentiles debemos leer esta carta teniendo en mente sus costumbres a fin de comprender cada una de las cosas que señala el autor de esta carta
Tesis: El mérito es únicamente de Jesucristo
Pregunta homilética: ¿en qué nos basamos para indicar que el mérito es únicamente de Jesucristo?
1.      Cristo estableció un nuevo pacto. V16a

“Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor:”

Ningún otro ha establecido un pacto de salvación, solo Jesús ha mostrado el camino perfecto hacia la misma, Cristo estableció por sí mismo el pacto, un pacto en cual usted y yo solo debemos creer en él para ser salvos; para los judíos esto era algo sumamente confuso puesto que ellos venían de un anterior pacto totalmente basado en obras.

En medio de nuestra cultura latina es común encontrar a muchas personas que aun hoy día continúan pensando que su entrada al cielo depende de lo que hagan e inclusive muchos piensan que al final de sus vidas se pesará a ver que es mayor si sus buenas obras o las malas. No pareciera, pero nuestra cultura se enfrenta a la misma situación que los judíos y es necesario que entendamos que este nuevo pacto fue establecido por el propio Jesús quien dijo que así sería y en el cual solo tenemos que creer de corazón sincero en él.

2.      Cristo es quién ejecuta el pacto. V16b

“Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré,”

Ya con la declaración de un nuevo pacto que dejaba por viejo el anterior, los judíos estaban confundidos, pero ahora al indicar que el propio Cristo pondría en el corazón y en la mente de todo el que en él creyere sus leyes esto les sonaba aún más extraño y es que ya no se trataba de su esfuerzo personal por aprenderse las escrituras como era común en medio de los judíos, sino que inclusive ahora el mérito del conocer la Palabra era de Jesús.

Es común hoy día ver personas que en pocas semanas de conocer al señor hacen declaraciones citando la Palabra de Dios de forma correcta con lo que vemos que esta promesas aún hoy se ve cumplida, no quiere decir esto que usted no lea la Palabra, sino que Jesús es quien se encargará que esta penetre su corazón y su mente al punto que usted no la olvide; nuevamente aquí el mérito de conocer la palabra de Dios no es suyo ni mío, sino es parte de la promesa de Cristo por lo que el mérito aquí también es de Él.

3.      Cristo es quién paga el precio de nuestra libertad. V17 y 18

“añade: y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado”

Aquí había otro asunto que para los judíos convertidos no concordaba con sus tradiciones, y es que ellos acostumbraban que para el perdón de sus pecados debían presentar un sacrificio de corderos o tórtolas para que sus pecados fueron redimidos y esto a través del sumo sacerdote en el templo. Jesús ahora les estaba indicando que no debían hacer nada de esto pues una vez habían creído y confesado sus pecados ya no se acordaría de ellos ni era necesaria ninguna ofrenda pues ya Cristo había pagado el precio para el perdón de los mismos.

Como antes indicamos esta es otra cosa en la cual muchos entramos en conflicto al venir a los pies de Cristo pues venimos de una enseñanza de pagar penitencias por las faltas cometidas e incluso de presentar ofrenda por las mismas ante un templo o un mediador; sin embargo, esto no es lo que nos enseña el Señor. Cristo nos habla claramente en estos dos versos de que ya el pagó el precio de nuestra redención, es decir de nuestra liberación del precio de nuestro pecado, por lo que cuando le confesamos nuestras faltas ya el precio ha sido saldado, cuando creemos ya son perdonados no solo los pecados antes de conocerle sino que ya el precio de todos nuestros pecados es saldado pues Cristo murió ya hace muchos años pero no solo por algunos de nuestros pecados, sino por todos nuestros pecados, esto es de quienes hemos puesto nuestra confianza en Él como nuestro único y suficiente Salvador.


Todo mérito en la salvación es de Jesucristo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario