martes, 9 de mayo de 2017

Cada uno tiene un rebaño que apacentar y dirigir

Texto: Lucas 15: 1-7
1 Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle,
2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.
3 Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:
4 ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?
5 y cuando la encuentra, la pone sobres sus hombros gozoso;
6 y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido.
7 Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento.

Oración de contacto: revisemos la siguiente historia…

Historia secular: Rebecca es una señora de avanzada edad, hace varios años tiene limitada su movilidad debido a un accidente por el cual ahora necesita de ayuda para movilizarse. Rebecca siempre fue muy activa en su servicio al Señor, cuando sufrió este accidente pidió en oración la dirección al Señor para saber cómo haría de ahora en adelante para continuar sirviéndole. Rebecca en ese momento identificó una oportunidad, ella miro a un costado de su cama y vio el directorio telefónico y el teléfono, en ese momento el Espíritu de Dios le mostró una nueva forma para continuar sirviéndole. Desde ese entonces Rebecca cada día ha estado mirando su directorio y llamando a diferentes personas que jamás ha visto a quienes les comparte el evangelio a través del teléfono.

El problema: Al primer problema muchas veces el hombre se rinde y no busca la forma de restaurar su servicio a Dios

Necesidad sentida: es necesario que sepamos sobreponernos a las dificultades y servirle de todo corazón.

Introducción al contexto bíblico: revisemos un poco el contexto en el que se enmarca el pasaje leído al inicio
Contexto Bíblico: en medio de una serie de parábolas dictadas por el Señor se lista esta parábola de la oveja pérdida la cual aparece junto a la del hijo pródigo y la de la moneda pérdida donde el Señor muestra la necesidad humana de volverse a Dios, donde muestra la realidad de que hay una humanidad que se pierde mientras que muchos en la religiosidad les miran pasivamente.

Tesis: Cada uno tiene un rebaño que apacentar y dirigir

Pregunta homilética: ¿Cuál es ese rebaño que apacentar y dirigir?

1.       Cada creyente es un pastor en su círculo de influencia
Cada uno de nosotros vivimos en medio de personas que aún no conocen a Cristo, personas que miran cada una de nuestras decisiones, de nuestros actos y de nuestro comportamiento frente a las diferentes cosas. Muchos de ellos quizás nos critiquen, pero en el fondo tienen es una serie de dudas o confusiones respecto al porque nosotros actuamos diferentes al resto.  De ese modo cada uno de nosotros hemos sido puestos en los lugares en los que nos encontramos con el propósito de ser luz en medio de ese lugar, de ser ejemplo para cada uno de ellos y de irles enseñando las verdades del evangelio no solo a través de palabras sino principalmente de nuestra forma de vida.


2.       Cada creyente tiene amigos, vecinos, compañeros de trabajo descarriados

Al llegar a nuestros vecindarios, escuelas, trabajos nos encontramos con un número importante de personas que aún no han conocido a Cristo, quizás usted diga que ya a muchos de ellos les ha compartido y han rechazado al Señor, pero eso no indica que usted deba seguir orando por ellos, eso no indica que usted deba seguirles hablando cuando tenga otra oportunidad y mucho más cuando vea que una situación se presente en sus vidas.

Cada uno tiene la oportunidad de dirigir a otros a los pies de Cristo.

Cada uno de nosotros identifica situaciones en la vida de los que nos rodean que pueden ser oportunidades para presentarles a Cristo.

Cada uno tiene la oportunidad de brindar una mano amiga o una voz de esperanza en medio de situaciones difíciles de quienes nos rodean y a través de ello mostrarles el amor de Dios.

Bajo este enfoque entonces podemos entender que cada uno tiene a su disposición un sitio en el cual ganar almas para nuestro creador, no tenemos excusas para no compartir, inclusive hoy con las redes sociales tenemos una oportunidad solo que si usamos esta no podemos bajo ninguna circunstancia permitir que contenido no agradable a Dios sea parte de nuestros likes o de lo que compartamos de forma mezclada con el evangelio puesto que entonces se perdería el sentido del mensaje que tratamos de compartir.

3.       Cada creyente tiene la oportunidad de alcanzar a otros para Cristo

La falta de conocimiento bíblico, vergüenza para hablar en público y cosas como estas son excusas que muchas veces se utilizan para no evangelizar; pero como hemos visto no tenemos que hacerlo delante de desconocidos para cumplir con el mandato, no tenemos que hacerlo delante de una multitud para cumplir con el mandato, no tenemos que hacerlo tras un púlpito para cumplir con el mandato; lo que realmente tenemos que hacer es estar atentos ante las oportunidades que se nos brindarán de compartir las buenas nuevas de salvación y eso empieza con nuestra vida siendo el reflejo de lo que aprendemos de Cristo nuestra propia vida y los cambios que en ella se dan son la mejor manera de hablarle de Cristo a los demás, luego veremos gente que se acercará por si misma a preguntarnos porque actuamos de ese modo y allí tendremos puerta abierta para compartirles, no necesitamos un conocimiento extenso de la Biblia sino más bien hacer lo que mandaba el Señor a que hicieran muchos de los que sanaba “Contar cuan grandes cosas Dios ha hecho con nosotros”.


Hoy tenemos la oportunidad primero de pedirle perdón a Dios por todas las oportunidades que no hemos sabido aprovechar, pero también tenemos la oportunidad de pedirle a él que abra nuestros ojos espirituales a fin de que podamos ver las oportunidades para compartirles a otros.

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