martes, 22 de agosto de 2017

Un verdadero discípulo es aquel que comparte las maravillas que Dios hace en su vida

Texto: Marcos 5:19-20 (versión Reina - Valera 1960)
"19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. 20 Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él, y todos se maravillaban."

Revisemos brevemente la siguiente historia...

Juan, un hombre en el interior del país estaba recién que había conocido a Cristo y estaba deseoso de que sus vecinos y amigos conocieran a ese Cristo que ahora él conocía, en medio de esto contaba a la gente como se sentía ahora que conocía a Cristo, invitaba a la gente a ir a la iglesia, a sus amigos cuando les visitaba le contaba acerca de cómo estaba aprendiendo de la Biblia. Un día uno de sus amigos un poco molesto le preguntó que si no había nada que hablar que de la Iglesia y de la Biblia, Juan se sintió muy mal aquel día y no supo como responderle salvo que prefirió retirarse de aquel lugar. Al hablar con Marcos otro hermano de aquella iglesia, este le comentó que no se sintiera mal, pues siempre encontraría gente que no estaría de acuerdo con él, y de que allí él se iba a dar cuenta quienes realmente eran sus amigos.

El problema: Colocamos lo que la gente piensa de nosotros por encima de lo que Dios espera de nosotros

Necesidad sentida: Es necesario que nos renfoquemos para hacer lo que Dios espera de nosotros

Contexto bíblico: el texto leído al inicio, es parte de las narraciones del endemoniado gadareno, este fue quien luego se va a su casa, a su ciudad y empieza a contar lo que Jesús había hecho con ellos, y no solo allí sino que fue a toda aquella región llamada Decápolis en honor a que allí habían 10 ciudades

¿Cuál es la normal actitud de un discípulo cuando Dios hace algo en su vida?

1.       Un discípulo presta atención y acata las ordenes de su maestro. V19
“mas Jesús no se permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, y a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti”

Este hombre había recién recibido la liberación de los demonios que le atormentaban, quizás estaba pasando por un momento confuso y se sentía en ese momento con una paz que hace mucho no sentía pues se menciona que ya era bastante el tiempo que llevaba endemoniado, sin embargo pese a estar contento o a sentir que finalmente era libre él estaba consciente de quien le había liberado, de lo importante que era escucharle y hacer lo que él le pidiera.

Esta es la actitud que debemos mostrar nosotros hoy, así como él colocó en un grado de importancia alto el escuchar al maestro y hacer lo que pidiera; así nosotros hoy que vemos la mano del Señor actuando a nuestro favor debemos prestarle atención y acatar sus instrucciones, Dios jamás nos mandará a hacer algo sin que ello tenga un propósito definido por lo que es importante que hagamos tal cual él nos lo está pidiendo

2.       Un discípulo toma acciones en cumplir las órdenes de su maestro. V20
“y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban”

En medio de la felicidad de haber sido liberado este hombre toma los lineamientos dados por el Señor al pie de la letra y se va a su casa, región y sitios cercanos a contar todo lo que Jesús había hecho por él. No es de extrañarnos que muchos de seguro le reconocían como el hombre endemoniado y quizás hasta le temían, pero de seguro también se admiraban de verle en su juicio cabal, lleno de felicidad y contando como es que ahora estaba libre. La Biblia aquí señala que la gente se maravillaba y es que no es de extrañar que la gente sintiera admiración pues dicen que muchas veces habían intentado dominarle sin éxito y ahora le veían sano.


Hoy también mucha gente le ha conocido a usted antes de su encuentro con Cristo y hoy le ven siendo una persona diferente, no es de extrañar que se admiren al verle, pero tampoco es de extrañar que esa admiración no siempre sea para bien, pues muchos se alegrarán pero muchos también sentirán poca afinidad con usted, por ello es importante que entendamos que sin importar la reacción de las personas nos enfoquemos en cumplir con lo encomendado a nosotros por Dios “ir a nuestra casa y parentela y contar cuan grandes cosas Dios ha hecho con nosotros”

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