lunes, 5 de junio de 2017

Adorándole como Él desea

Texto base:“Juan 4:21-24 (versión Reina-Valera 1960)

21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos,
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”


Revisemos la siguiente historia...

Carlos ha empezado hace poco a asistir a la iglesia a la que asiste José su mejor amigo, en medio de una conversación entre ambos le surgió la interrogante a Carlos de si cómo estaba acercándose cada domingo el templo era suficiente como para cumplir con lo que Dios esperaba de él en cuanto a la adoración a lo que José no supo contestarle y han decidido reunirse con Juan uno de los diáconos de la Iglesia a fin de que les oriente sobre este tema. Para sorpresa de ellos Juan les ha hablado de adorar a Dios en medio de su trabajo, en medio de su tiempo libre, en medio de sus relaciones personales e incluso de sus decisiones y anhelos.


El problema: El hombre desconoce la forma en que Dios desea ser adorado


Necesidad sentida: Es necesario que aprendamos la forma en qué Él quiere ser adorado

Introducción al contexto bíblico: revisemos brevemente el contexto de estos pasajes leídos al inicio...

Estos versos son mencionados por el Señor Jesús en medio de su conversación con una mujer samaritana, es curioso entender este hecho puesto que había varios asuntos culturales en medio de ello, primero los judíos como el Señor evitaban cualquier tipo de relación con los samaritanos, es decir que inclusive les esquivaban en lugar de entablar una conversación con ellos; segundo era costumbre judía que el hombre no hablará con una mujer que estuviese sola; tercero la cultura judía acostumbraba tener a Jerusalén como el sitio en el cual se reunían a adorar a Dios, mientras que la cultura samaritana pese a ser hermanos de los judíos por asuntos de historia habían cambiado como lugar de adoración el monte en el que se encontraban en esta conversación. Es enmarcado en esto que el Señor le expresa estas palabras aclaratorias a esta mujer.


¿Cómo desea Dios ser adorado?

1.      No se trata del lugar. v.21

“Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre”

Como ya mencionamos era toda una tradición tanto para judíos como para samaritanos el tener un lugar definido como el sitio en el cual debían adorar; sin embargo estas declaraciones de parte del Señor llegan a contrastar esta tradición al decir que ni en el sitio acostumbrado por los judíos (Jerusalén) ni en el acostumbrado por los samaritanos (aquel monte) sería el sitio correcto.

Si comparamos esto con nuestras tradiciones de hoy vemos aún que mucha gente sigue pensando que es solo en el templo donde deben adorar a Dios, sin embargo vemos de forma evidente en las declaraciones del Señor Jesús que no se trata del lugar; es cierto que el lugar adecuado nos ayuda a acercarnos a él en la adoración, sin embargo no quiere decir que el no estar en un templo nos impida acercarnos a él y adorarle.

2.      Influye conocer a quién se adora. v.22

“Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos”

Jesús aquí señalaba una clara diferencia entre lo que adoraban los judíos quienes eran los que habían permanecido conservando el conocimiento de la Palabra dada por Dios a sus antepasados lo cual contrastaba grandemente con lo que adoraban los samaritanos lo cual estaba lleno de mezclas de creencias de pueblos paganos con lo poco que habían heredado de sus antepasados fieles a Dios.

Jesús en este pasaje menciona que la salvación viene de los judíos referiéndose a sí mismo como el medio de salvación y que venía de descendencia judía a traer salvación a toda la humanidad. Es necesario que entendamos esta realidad de que Cristo merece ser adorado pues es el único medio de salvación provisto por Dios, El Padre merece ser adorado por darnos a Jesús para pagar el precio de nuestros pecados y maldad pues por nosotros mismos no podríamos ser salvos.

3.      Es necesario hacerlo conectado con él y de forma sincera. v.23

“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”

Luego de bajarle el valor al lugar y de agregar la importancia del conocimiento de la persona de nuestra adoración, el cual es Cristo, el Señor pasa a aclarar la forma en que desea ser adorado indicando que los verdaderos adoradores lo harán en espíritu y en verdad.

Ahora bien para entender esto a profundidad es importante definir tres palabras aquí fundamentales...

Para empezar, Adoración es definido por el Diccionario Bíblico Conciso Holman como “respuesta humana a la percepción de la presencia divina. La respuesta puede ser privada e intensamente personal, en forma de oraciones, confesiones, silencio, y experiencias meditativas de varias clases... a veces implica experiencias personales y otras veces experiencias colectivas”

Este mismo diccionario define espíritu en relación al ser humano como “un amplio espectro de funciones incluyendo pensamiento y comprensión, emociones, actitudes e intenciones”

Y también define verdad como “hecho real en oposición a lo que es apariencia, fingimiento o afirmación”

Con ello podemos entonces concluir que Cristo desea de nosotros hoy una experiencia tanto personal como colectiva en comunión con él pero que la misma conlleve una entrega de todos nuestros pensamientos, emociones, actitudes y sinceridad. Este es el modo en que Jesús espera por ti mi amigo y hermano hoy


4.      No se trata de una sugerencia, sino de una demanda. v.24

“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”

Note que aquí se señala que es necesario, no está Cristo diciendo que nos sugiere, sino en su lugar nos está diciendo que necesitamos hacerlo de ese modo a fin de agradar a la persona de nuestra adoración, Cristo Jesús.

En esta tarde has podido conocer la forma en qué Dios desea ser adorado, la pregunta que ahora fluye de parte de Dios es ¿Me adorarás como te lo pido?¿Cómo le contestarás?

Antes de que estuvieras en el vientre de tu madre, ya Cristo esperaba que le adoraras de este modo, ¿le seguirás haciendo esperarte?


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