lunes, 31 de julio de 2017

Dios siempre tiene un propósito en lo que hace y permite

La vida de José el hijo de Jacob es una vida que muchos la ponen al igual que la de Job en el plano de los héroes espirituales que pasaron por situaciones difíciles, pero mantuvieron fiel su confianza en Dios y en sus propósitos. Se observan situaciones como la envidia de sus hermanos, como lo venden como esclavo, como va a la cárcel al ser acusado falsamente por la mujer de Potifar, como crece sin estar al lado de su familia, etc. Pero en medio de todo esto se observa a un hombre que mantuvo su confianza en Dios lo cual redundo en bendición para él y su familia.

El problema: El hombre no confía en los propósitos de Dios

Es necesario que aprendamos a confiar más en sus propósitos

Introducción al contexto bíblico: veamos brevemente algo acerca de lo que se trata en su contexto.

Contexto bíblico: desde el capítulo 37 hasta el capítulo 50 encontramos los relatos acerca de José y sus hermanos, hijos de Jacob y quienes se convertirían en los padres de la nación de Israel en todas sus tribus


¿Porqué decimos que hay propósitos en lo que Dios hace y permite? Revisemos como la mano de Dios se manifestó en medio de las situaciones vividas por José

1.     Los celos de los hermanos de José. Gn 37:3-11

“3 Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores.
4 Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.
5 Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía.
6 Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:
7 He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío.
8 Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aun más a causa de sus sueños y sus palabras.
9 Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.
10 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?
11 Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.”

Es ilusorio pensar que nuestro actuar o quienes somos le vaya a caer en gracia a todas las personas, ya que siempre habrán personas que se opongan a nuestra forma de pensar, de actuar o de hacer esto o aquello; por lo que no es de extrañarse que muchas veces vayamos a ser objeto de celos, trampas o cosas similares buscando quienes lo hacen hacernos daño o perjudicarnos.

Cuando la palabra de Dios nos habla de los hermanos de José dice que estos sentían celos de su hermano puesto que era el preferido de su padre por ser hijo de la mujer a quién él amaba, ya conocemos la historia de engaño detrás de esto donde recibió a Lea en lugar de Raquel y tuvo así que continuar trabajando para poder que se le diese a Raquel como esposa.

A raíz de esto podemos notar que Jacob no actuaba de forma correcta al tener preferencias con uno de sus hijos, pero si bien era comprensible la razón por la cual estimaba más a este hijo. 

Los demás hermanos de José, dice la Biblia que se llenaban cada día más y más de celos en su contra y el detonante fue cuando este les dice que los veía a todos ellos postrados a los pies de él.


2.     La maldad y venta de José. Gn 37: 18-27

“18 Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle.
19 Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador.
20 Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños.
21 Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos.
22 Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre.
23 Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí;
24 y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.
25 Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto.
26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte?
27 Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él.”

Sobre este punto se observa ya realmente lo que produce el permitir que este tipo de sentimientos no agradables a Dios tomen fuerza, y es que los hermanos de José se olvidaron totalmente de que José era su propia sangre y no tuvieron ningún tipo de escrúpulos a tal punto de arrojarlo a un poso y posteriormente venderlo a unos mercaderes como esclavo, para también hacerle creer a Jacob que había sido presa de las fieras.

En medio de este mundo en el que la maldad está a la orden del día no podemos pensar que no seremos tocados por ella, hay muchos creyentes que piensan que orando para que ángeles acampen alrededor de ellos serán exentos de que algún mal les toque, y no es que digamos que esté mal orar de tal manera, ya que es bueno hacerlos; sino más bien nos referimos a que aun cuando oremos de esa forma no podemos ignorar que el enemigo es el príncipe de este mundo,  en este mundo él anda haciendo lo que le viene en gana y por ende utiliza como instrumentos de maldad a muchas personas, algunas veces hasta a los propios hijos de Dios; por ello debemos estar claros que al igual que José y todas las situaciones que tuvo que pasar nosotros también estaremos a expensas de que en algún momento Dios permita que esa maldad nos toque, pero en medio de ella no debemos perder de vista de que aún en medio de las situaciones más complicadas Dios tiene el control

3.     José es puesto por gobernador de Egipto. Gn. 41: 9 - 40

“9 Entonces el jefe de los coperos habló a Faraón, diciendo: Me acuerdo hoy de mis faltas.
10 Cuando Faraón se enojó contra sus siervos, nos echó a la prisión de la casa del capitán de la guardia a mí y al jefe de los panaderos.
11 Y él y yo tuvimos un sueño en la misma noche, y cada sueño tenía su propio significado.
12 Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del capitán de la guardia; y se lo contamos, y él nos interpretó nuestros sueños, y declaró a cada uno conforme a su sueño.
13 Y aconteció que como él nos los interpretó, así fue: yo fui restablecido en mi puesto, y el otro fue colgado.
14 Entonces Faraón envió y llamó a José. Y lo sacaron apresuradamente de la cárcel, y se afeitó, y mudó sus vestidos, y vino a Faraón.
15 Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos.
16 Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón.
17 Entonces Faraón dijo a José: En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río;
18 y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia, que pacían en el prado.
19 Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy feo aspecto; tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en fealdad en toda la tierra de Egipto.
20 Y las vacas flacas y feas devoraban a las siete primeras vacas gordas;
21 y éstas entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiesen entrado, porque la apariencia de las flacas era aún mala, como al principio. Y yo desperté.
22 Vi también soñando, que siete espigas crecían en una misma caña, llenas y hermosas.
23 Y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del viento solano, crecían después de ellas;
24 y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas; y lo he dicho a los magos, mas no hay quien me lo interprete.
25 Entonces respondió José a Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo; Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer.
26 Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo.
27 También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de hambre.
28 Esto es lo que respondo a Faraón. Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado a Faraón.
29 He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto.
30 Y tras ellos seguirán siete años de hambre; y toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra.
31 Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre siguiente la cual será gravísima.
32 Y el suceder el sueño a Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla.
33 Por tanto, provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.
34 Haga esto Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia.
35 Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y recojan el trigo bajo la mano de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.
36 Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.
37 El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos,
38 y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?
39 Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.
40 Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.”

En verdad suceden muchas cosas en medio de este camino de José hasta llegar a Egipto  y aun estando allí, pero resaltaremos el hecho de que José llega a parar a la cárcel acusado de algo que no había hecho y estando allí interpreta el sueño de dos siervos de Faraón, a uno le dice que le matarían y al otro le dice que sería devuelto a sus labores y a este último le pide que se acuerde de él cuando fuese puesto en libertad, pero este lo había olvidado hasta que escucha a Faraón turbado por un sueño que nadie lograba interpretar y allí se acuerda de José y le refiere a Faraón lo que a él le había pasado. De esta forma José es llevado ante Faraón y le interpreta su sueño, Faraón al quedar maravillado da la orden de poner a José como gobernador de toda su casa.

Es increíble ver como este hombre de estar en la cárcel pasa a ser el gobernador de aquella tierra, esto suena a una verdadera película, pero es una historia de la vida real.

Muchas veces el Señor permite que a nuestras vidas lleguen situaciones complicadas que nos mantienen sumergidos en la tristeza y dolor, pero aún en medio de estas situaciones debemos confiar de que si Dios lo permite es porque algo tiene preparado para nosotros a través de dichas situaciones.

4.     José siendo instrumento de Dios para preservar la vida de su familia. Gn. 45: 3-5

“3 Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.
4 Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.
5 Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.”

La parte más gloriosa de esta historia es cómo Dios permite que el sueño de Faraón se hiciese realidad llegando toda la región a padecer una inmensa sequía que llega a tocar incluso la tierra de Canaán donde estaba la familia de Jacob y donde ahora se ven los hermanos de José obligados a ir a Egipto donde habían escuchado que habían suficientes reservas incluso para venderles a ellos.

Es curioso en esta historia como los hermanos no logran reconocerle, muchos lo atribuyen a los años transcurridos y a la vestimenta que de seguro estaba utilizando José como gobernador de Egipto. Pero al observar el comportamiento de este hombre, cualquier otro hombre hubiese tomado venganza de sus hermanos, pero José mostró la misericordia de Dios para con ellos llevándolos al punto de conseguir la tierra de Gosén para su familia a donde estuvieron por 400 años. Sabemos ya la historia de que al cambiar de Faraón, estos no mantuvieron el pacto anterior y tomaron a los hijos de Israel por esclavos pero ciertamente para preservarles la vida el Señor permitió que entrarán a esta tierra.

Hoy no conozco la situación por la que estés pasando, pero sabes, Dios si la conoce, y si realmente pones tu fe y confianza en Él, y sigues todo lo que Él te pide que hagas, puedes confiar en que esta situación por más difícil que parezca se convertirá en una bendición para ti y los tuyos.  Yo lo creo ¿lo crees tú?


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