lunes, 27 de abril de 2015
viernes, 17 de abril de 2015
El yelmo de la salvación y la espada del Espíritu
Texto: Efesios 6: 17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu,
que es la palabra de Dios.
Introducción: en medio de los
cristianos son muchos los que piensan que la salvación es algo que depende de
su comportamiento delante de Dios, obviando así totalmente la obra redentora
del Señor con la cual obtenemos salvación y vida eterna, no de forma temporal
sino como algo permanente y eterno. Si bien es cierto cuando pecamos perdemos nuestra comunión con Dios pero no la salvación ya que la primera está ligada con nuestras obras, pensamientos y omisiones; pero la segunda (salvación) depende solo del Señor no de nosotros pues una vez recibido a Cristo recibimos la salvación, recibimos el sello del Espíritu Santo y este no puede ser quitado, claro siempre y cuando lo hayamos hecho de forma sincera.
Otro asunto muy importante como
creyentes es que hablamos de la palabra de Dios como la espada pero realmente
la mayoría de los creyentes no conoce el uso que tiene esta espada o no hace
uso de ella al modo del Señor.
Proposición:
1. El
uso del yelmo
El yelmo o
casco, que en el plano espiritual representa la salvación, sirve para proteger
la cabeza.
En el plano
espiritual el no estar seguros de que somos salvos representa el estar en dudas
lo cual para el Señor es muestra de falta de fe o de no creer en lo que Él
señala en su palabra, representa el no tener un rumbo fijo al cual dirigirnos,
y es que cuando no estamos seguros de nuestra salvación se pasa a una vida de
inseguridad en lugar de una vida de confianza, a una vida de enfoque en que no
hacer en lugar de una vida enfocada en hacer cosas para el Señor que le sean
agradables, pasamos a una vida de miedo a la muerte y a la condenación, en
lugar de una vida de victoria confiando en que ya Cristo nos ha librado de la
muerte y condenación eterna y nos ha ido a preparar lugar junto a Él por la
eternidad.
Y es propicio el modo en que la Biblia compara
la salvación con la protección de nuestra cabeza ya que una cabeza desprotegida
es susceptible a recibir golpes en medio de la batalla que dejarían al soldado
fuera de combate y a merced de lo que el enemigo quiera hacerle, lo dejaría
probablemente fuera de los sentidos o incluso muerto. Pero el Señor nos enseña aquí que una vida
confiando en que Dios ya pagó el precio de nuestra salvación, y que esto es por
gracia y que ninguna obra que hagamos nos hará merecedores de ella sino que es
porqué Cristo ya pago ese precio y por medio de su sangre tenemos la
oportunidad de ser salvos y pasar la eternidad junto a Él, que podemos entonces
vivir en confianza, en victoria y en plenitud de gozo lo cual nos permite estar
a salvo de artimañas del enemigo como lo son los ataques de este a nuestro
intelecto con desconfianza, pereza, baja autoestima, etc.
2. El
uso de la espada
En medio de las
batallas por ejemplo en la edad media, tiempo de cruzadas, etc la espada era el
arma predilecta utilizada para atacar al enemigo debido a que era un arma que
para quienes sabían utilizarla les permitía con una sola mano poder hacer
ataques fuertes y a gran velocidad con lo que muchas veces podían tomar
desprevenidos a sus enemigos.
Ahora bien en el
plano espiritual cambia un poco su uso y es que la espada del Espíritu que es
la palabra de Dios no es para atacar al enemigo sino más bien representa ella
misma nuestra fortaleza y autoridad, y
con la cual logramos al hacer uso de ella dejarle un claro señalamiento al
enemigo de dónde hemos decidido estar, de en qué hemos decidido creer y de
también recordarle a él cuál es su destino, del cual nosotros no seremos su
compañía.
Por lo que si
usted observa notará que mas que un arma de ataque es un arma de fortaleza para
nosotros el cual nos permite mantenernos firmes aún en medio de los grandes
bombardeos que recibimos del mundo y del que anda en el mundo buscando a quién
devorar.
3. La
función del yelmo y de la espada como parte de esta armadura como un todo.
Si bien el yelmo
hace una función de protección y la espada hace una función de fortaleza y de
autoridad; ambas son parte integral de la armadura que Dios ha dejado para cada
creyente ya que el yelmo nos deja menos vulnerable, es decir nos hace estar en
posición de batalla pero sin descuidar las posibilidades de ataques sorpresivos
o de ataques dirigidos a nuestra cabeza, a nuestros pensamientos, a nuestros
sentimientos; y la espada también pasa a
ser junto al escudo las armas que son puestas al frente para defendernos de
todos los ataques evitando así ser destrozados por el enemigo.
Activa
el yelmo de la salvación, confía plenamente en que Dios si hizo la tierra tiene
un plan y ese plan te incluye a ti y a mi si hemos decidido aceptar su
sacrificio pagando el precio de nuestras faltas. Pero también activa la espada, estudia la
palabra, memoriza la palabra, comparte la palabra; solo así estarás listo para
usarla en tu defensa cuando sea necesario.
lunes, 13 de abril de 2015
El significado de la cruz de Cristo
Texto: Isaías 52: 13 – 53: 12
Introducción: quizás ya
muchas veces hayamos escuchado el nombre Cristo, el nombre Jesús, pero el
escuchar su nombre no nos hace entender lo que Él hizo por nosotros y por ello
en esta noche deseamos revisar este texto que fue escrito aproximadamente 700
años antes de que el Señor Jesús naciera pero donde se relata con lujo de
detalles lo que el Señor haría y el significado de este sacrificio
Proposición: te
invitamos en esta hora a abrir tu corazón y tu mente y escuchar lo que El Señor
quiere mostrarte
1.
Despreciado
y desechado de los hombres v3
En el tiempo en que el Señor estuvo como hombre en
este mundo hubo gran oposición de los suyos, de su raza, de su linaje, a tal
punto que ellos buscaban ocasión de acusarle, buscaban ocasión para condenarle.
Era tanta la oposición que en más de una ocasión el
Señor había librado de enfermedad a personas en día sábado, el cual era un día
bajo la cultura judía en que solo se debía descansar y no realizar actividad
alguna, pero estos en lugar de gozarse del milagro hecho por el Señor le
acusaban de porque había hecho este milagro en día sábado.
Llego a ser tanto el desprecio hacia Él, que
buscaron la forma de acusarle con falsos testigos a fin de condenarle a muerte,
aún cuando el gobernador Poncio Pilato no encontraba razones para acusarle,
pero este buscando evitar una rebelión de los judíos accedió a sus pretenciones
y les entregó al Señor para que ellos hicieran como les pareciera con él, y ya
sabemos que estos hombres ya iban decididos a darle muerte y muerte de cruz la
cual era la forma más vergonzosa de morir para una persona en su tiempo ya que
esta solo era utilizada para los peores criminales.
Hoy día la historia no ha cambiado mucho, en muchas
ocasiones se habla del Señor, de lo que vino a hacer en este mundo y cual es el
propósito, sin embargo la respuesta de una gran parte de las personas sigue
siendo el rechazo, sigue siendo la indiferencia e incluso se llega al tener a
quienes predican a Cristo como personas despreciadas y que no son bien
recibidas.
2.
Lo
que llevó el Señor v4-6
El Señor padeció al ser entregado a los judíos de un
sin número de cosas como el ser desfigurado por golpes y azotes, el ser
escupido e insultado, el ser humillado públicamente; pero la pregunta que surge
a todo esto es ¿porqué estuvo dispuesto a soportar todo esto si Él no era
culpable de nada?
Pues la respuesta es que la palabra de Dios nos
enseña desde el génesis que sin derramamiento de sangre no hay perdón de
pecados por lo que para sellar la oportunidad de recibir perdón para la
humanidad se debía derramar sangre, y usted quizás dirá pero era sangre
inocente, y es cierto.
Pero note lo que dice el verso 4 en su parte inicial
donde se indica que el Señor estaba llevando nuestras enfermedades y nuestros
dolores; y la principal enfermedad de la que sufre el hombre se llama pecado
porque dice la Biblia que esta enfermedad solo se cura con el perdón de Dios
pero para obtener ese perdón debía darse un pago para saldar nuestra deuda y
ese pago fue toda la sangre del hijo de Dios.
En la parte inicial del verso 5 dice que Él fue
herido por nuestras rebeliones, fue por la desobediencia tuya y mía a la
palabra de Dios, a los mandatos de Dios que Jesús tuvo que ir hasta esa cruz a
pagar el precio para que tu y yo tuviésemos la oportunidad de ver paz en medio
de la ira venidera de Dios, porque está establecido que Dios un día hará
derramar su ira sobre todos aquellos que no hayan aceptado el sacrificio hecho
por su hijo como pago de su pecado.
Pero note lo que dice el verso 6 donde se señala que
todos nos descarriamos y es así pues no hay una sola persona sobre este mundo
que no haya hecho algo en contra de lo que Dios pide, cada uno de nosotros en
algún momento de su vida ha tomado decisiones sin importarle lo que sabe que es
correcto o lo que moralmente conocemos como correcto; sin embargo aun siendo
nosotros así Jesús estuvo dispuesto a llevar el pecado de todos nosotros sobre
si mismo y morir para pagar el precio y saldar así nuestra deuda para con Dios
Padre, permitiéndonos así tener acceso a su perdón.
3.
La
actitud del Señor al llevar nuestra afrenta v.7
Cualquiera de nosotros al pedirle que haga algo por
una persona que sabemos que no ande en una vida correcta, no será muy
placentera en el hecho de ver ánimo o deseo de hacerlo ya que como seres
humanos nos gusta el crear prejuicios con las personas, sin haber hecho las
cosas nos gusta pensar por delante cual será la reacción de esas personas y
usualmente en este caso pensamos en que esa persona no agradecerá lo realizado.
Mas note que el Señor al ser afligido, golpeado y
humillado por nuestra causa Él decidió no abrir su boca, Él decidió no crear
oposición o presentar defensa sino más bien como aquel animalito que es llevado
al matadero se queda sereno esperando a que hagan con él lo que vayan a hacer;
pues así el Señor se comportó simplemente dejó que todo aconteciese para que
así que cumpliese el sacrificio que nos permitiera a ti y a mi tener acceso a
Dios a través de su perdón
4.
La
respuesta esperada a este sacrificio v.10 y 11
Todo lo que hizo el Señor tiene una finalidad por
parte de Dios mismo y es que nosotros actuemos en respuesta a lo que Él hizo y
esta respuesta se observa en el verso 10 donde se señala que a través de este
sacrificio el Señor verá linaje, pues dice la palabra que este linaje se
refiere a aquellas personas que por fe han creído en que ese sacrificio era por
ellos y al creerlo se hacen hijos de Dios y por ende reciben el perdón de sus
pecados y la herencia de una vida eterna junto a su Padre Celestial en los
cielos.
El verso 11 dice que el Señor justificará a muchos,
y pues ¿qué es esto de justificar? Pues se trata de presentarnos como personas
justas, limpias, sin pecado no porque no hayamos fallado a Dios sino más bien
porque hemos aceptado el precio de nuestro pecado que es el sacrificio hecho
por Cristo en la cruz Él pagó con este sacrificio el que nuestros pecados
puedan ser perdonados pero tu y yo tenemos que creer que este sacrificio fue
por nosotros y pedirle a Él que nos perdone, además de pedirle a Él que sea
quien de ahora en adelante nos guie para poder vivir una vida que valore ese
sacrificio hecho por Él en nuestro lugar porque en realidad nos correspondía a
ti y a mí morir por nuestros pecados.
¿Hoy
el Señor desea ver en ti una respuesta a su sacrificio, está en ti el pedirle
que te perdone y pedirle que dirija tu vida de aquí en adelante o el ignorar
este mensaje como lo hizo la gente de su tiempo quienes hoy están condenados al
infierno?
¿Qué
le dirás al Señor hoy?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)