martes, 8 de septiembre de 2015

Los Estándares de Dios


Malaquias 3: 6 “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos”

 


Introducción: Deuteronomio 4: 9 dice “Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos”

Como observamos aquí nos manda el Señor a pasar de una generación a otra lo que Él nos enseña no nos dice que ajustemos la palabra entre una generación y otra sino que nos dice que la pasemos así mismo entre una y otra.

Muchas veces encontramos a personas diciendo que bueno eso eran otros tiempos, que las cosas ahora son distintas, queriendo en cierto modo hacer ver que eso no es aplicable 100% a nuestros días, pero la verdad de todo esto es que se quiere justificar lo injustificable, puesto que Dios no cambia sus reglas tampoco cambian, somos nosotros los que debemos ajustarnos a sus estándares y olvidarnos de lo que el mundo nos empuja a hacer, puesto que este mundo cada día se sumerge más y más en cosas que para nada agradan a Dios.

                   

Proposición: en esta oportunidad revisemos a la luz de la palabra de Dios este interesante tema…

1.       Dios no cambia.  Malaquias 3:6 “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos” y  Santiago 1: 17 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.

 

Como observamos en ambos textos nos indica que Dios no presenta ningún tipo de cambios, Él es quien es, sus estándares y estatutos son los que son desde el principio. 

 

El hombre en su afán de querer introducir el libertinaje a su vida cotidiana trata de ajustar los estándares de Dios a como él quiere vivir, lo cual sabemos que no es posible puesto que Dios ha decretado cómo quiere las cosas y no está dispuesto a qué hagamos cómo nosotros queramos sino más bien desea que nosotros entendamos que ya Él dio sus reglas y no hay opciones de adaptarlas, es simple o las cumples o no las cumples, o las obedeces o no las obedecemos aquí no hay términos medios.

 

 

2.       Lo que el mundo te pide

 

Hoy como en muchos otros tiempos la sociedad:

 

- intenta que la iglesia viva aceptando todo lo que ellos hacen,

 

- intenta que la iglesia se ajuste a ellos,

 

- intenta que la iglesia no señale sus acciones como pecado;

 

Pero sabemos hoy que Dios no desea que nosotros nos adaptemos al mundo sino más bien que seamos luz en medio de las tinieblas que en este mundo se vive. Decimos que son tinieblas puesto que intentan ocultar la maldad detrás de todo lo que se hace por ejemplo:

 

- intentan ocultar la maldad detrás de la infidelidad,

 

- intentan ocultar la maldad detrás del desenfreno y liberalidad sexual entre los jóvenes, adultos e incluso de los niños;

 

-intentan ocultar la maldad detrás del uso de estupefacientes, drogas, alcohol, cigarrillos, etc haciendo pensar que nada malo va a pasar si los usan y que el único problema es si se dejan controlar, aunque bien saben ellos que aunque no quieran aceptarlo el usarlos los lleva a ser controlados por ellos.

 

En fin son muchas las cosas que el mundo trata de engañarse haciendo ver que no son malas dichas acciones pero la iglesia de hoy lamentablemente en muchas de ellas no abre sus ojos y muchos de sus miembros toleran dichas acciones e incluso participan de ellas sin pensar en lo mal que están haciendo delante de los ojos de Dios.

 

3.       Lo que Dios te pide

 

Dios ha dejado a todos nosotros, sus hijos, las reglas claramente expuestas en su palabra para guía, para conocimiento nuestro, además de que nos ha dado su consolador, su Espíritu Santo, quien nos lleva a entender cuando algo es aceptable o no delante de los ojos de Dios; por ello debemos estar bien claros en que Dios es bueno y desea solo lo mejor para sus hijos y por ello el obedecer a lo que Él pide, sin tratar de modificar nada traerá a nosotros su bendición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario