jueves, 4 de julio de 2013

Ministerios con amor y dedicación para Nuestro Señor Jesucristo


2 TIMOTEO 2:15-19

Procurad con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Más evita profana y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto. Que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastorna la fe de algunos. Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: conoce el Señor a los que son suyos; y apártense de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.

 

La palabra del Señor aquí nos motiva a realizar nuestras labores con amor y dedicación sin perder de vista que es para el Señor. Analicemos un poco más a fondo este texto y saquemos algunas enseñanzas…

1.   Obreros aprobados sin nada de qué avergonzarse: ¿Cómo estaremos siendo aprobados por Dios? En esto juega un papel muy importante nuestra relación con Dios solo seremos aprobados por Él, si realmente lo hacemos para ÈL, si estamos a cuenta con Él, si no tenemos pecados sin confesar, si estamos actuando conforme a su voluntad. Él conoce las intensiones de nuestro corazón, Él conoce si tenemos pecados sin confesarle, si tenemos algo en contra de un hermano o si estamos actuando conforme a nuestro propio parecer. Nadie que ha recibido a Cristo si anda en pecado puede sentirse bien, puede andar sin temor de que su pecado sea revelado. Es por esto que es esencial si servimos al Señor presentarnos a ÈL sin nada que nos avergüence delante de ÈL, sin pecado no confesado, pero sobre todo siendo aprobados, tanto nosotros como lo que hacemos para ÈL.

2.   Que usa bien la palabra de verdad: otro compromiso que tiene el siervo de Dios es el prepararse, el conocer la palabra para así no caer en malas enseñanzas o en mal uso o interpretación de la palabra. Por ende cuando usted le dice al Señor que desea servirle también se está comprometiendo a conocer más de su palabra porque de inmediato usted se convierte en un trasmisor de la verdad de Dios para su pueblo.

3.   Mas evita profana y vanas palabrerías: es primordial en nuestra vida de servicio nuestro testimonio, por ende el siervo del Señor debe evitar el inmiscuirse en comentar de otras personas, en chismes, en fin en cualquier cosa que ponga en riesgo su nombre, su reputación, pero sobre todo su servicio al Señor.

Una recomendación sería el iniciar cada día orando para realizar bien la función que les ha sido encomendada por el Señor y por lo que El Señor les tiene preparado. Amén

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