Juan 14: 21 El que tiene mis
mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama; será amado
por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
Cuando un chico quiere mostrarle
a una chica que esta interesado en ella, que llama su atención, ¿qué es lo que
hace?, busca la forma de mostrarle que le gusta, ya sea con regalos, con
palabras, en fin…
En este estudio de hoy revisaremos
como tú puedes mostrarle a Dios que estás interesado en Él, en agradarle, en
seguirle…
Veamos en forma desglosada este
conocido pasaje:
1.
El
que tiene mis mandamientos
¿Y quién tiene los mandamientos de Dios? ¿Será
aquel que lee la palabra? ¿Será aquel que intenta buscar las cosas del
Señor? Realmente es así, solo conocerá
una persona lo que Dios le manda si le busca, si lee la palabra, etc.
2.
Y los
guarda
¿Qué es guardar
la palabra? No se trata simplemente de
guardarla en nuestra mente, sino que se refiere a tenerlos en nuestro corazón y
ponerlos por obra en nuestras vidas. En
ello no podemos siquiera pensar ¡esto lo cumplo y estos no! Porque tan solo uno
que no cumplamos, ya nos hace incumplidores de lo que Él nos ha
encomendado. Pero no confundamos esto
con vivir basados en las obras, porque sabemos que para Dios lo fundamental es
la fe, no las obras.
3.
Ése es
el que me ama.
Como podemos
entender, claramente este verso nos dice que a Dios se le demuestra amor en
primer lugar conociendo su palabra, pero mucho más importante, poniéndola en
práctica.
Pongamos un ejemplo:
Hablando de las olimpiadas, si un hombre ha
estudiado todo acerca del atletismo y ha practicado durante años y al hacer sus
pruebas personales sabe que tiene un tiempo con el cual fácilmente estaría
entre los hombres más rápidos del mundo, pero jamás se atreve a mostrarle a
quienes le darían la oportunidad de participar en los juegos olímpicos su
habilidad ¿serviría de algo tanto conocimiento y habilidad? La respuesta es no.
E igual sucede
con el creyente, de nada serviría si conoce la voluntad de Dios para su vida, si
Dios le ha dado la habilidad de ponerlo en práctica, pero por temor o algo
similar, no se atreve a hacerlo.
4.
La promesa
de Dios
Y el que me ama; será amado por mi Padre, y
yo le amaré, y me manifestaré a él.
Con algo no tan
sencillo, pero posible para nosotros como lo es el hecho de aprender/ conocer
la palabra de Dios y obedecerla estaremos presentándonos a Dios como un hijo
obediente, y que Padre no estará dispuesto a premiar a un hijo obediente, pues
como dice la palabra si nosotros siendo malos sabemos dar buenas cosas a
nuestros hijos cuanto mas lo hará Dios quién realmente es bueno; Él no solo
promete darnos/ premiarnos cuando le pedimos algo sino que promete amarnos.
En este momento te pregunta el Señor ¿Quieres
ser amado por mi?
Entonces procura conocer mi voluntad
y ponerla en práctica cada día de tu vida
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